Se convirtió en el insulto que merecía ser ...


Como las universidades producían más corredores, saltadores, boxeadores, aviadores y nadadores, la palabra "intelectual", claro está, se convirtió en el insulto que merecía ser. Siempre se teme a lo desconocido. Sin duda te acordarás del muchacho de tu clase que era excepcionalmente "inteligente", que recitaba la mayoría de las lecciones y daba las respuestas, en tanto que los demás permanecían como muñecos de barro, y le detestaban. ¿Y no era ese muchacho inteligente al escogían para pegar y atormentar después de las horas de clase? Desde luego que sí, hemos de ser todos iguales.

Bradbury, R. (1993) Farenheit 451

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