La gran mayoría de sus habitantes se dedicaban a ese negocio ...

Contrabandistas a caballo con el Peñón de Gibraltar al fondo
Encinas Reales, Cuevas Altas y Cuevas Bajas eras tres pequeñas poblaciones cercanas entre sí y enclavadas en viejas tierras de frontera, junto al Río Genil, a unas treinta leguas de distancia de Gaucín. Los tres lugares se habían convertido en refugio de contrabandistas que actuaban con total impunidad. La gran mayoría de sus habitantes se dedicaban a ese negocio, principalmente con tabaco, y, los que no, los encubrían o se lucraban. En los pueblos, mujeres y eclesiásticos colaboraban en el negocio, y las autoridades, por más que lo intentaban, no conseguían imponer el orden en unos enclaves de hombres duros, violentos y curtidos entre los que imperaba la ley del silencio y la de la protección mutua. Las gentes de los lugares organizaban constantes partidas, en ocasiones a Portugal por la ruta de Palma del Río y Jabugo, para desde allí cruzar la raya en dirección a Barrancos o Serpa, y en otras ocasiones a Gibraltar, por Ronda y su serranía, 

Falcones, I. La reina descalza. 2013

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